Una antigüedad, de acuerdo a la
Wikipedia, es un objeto que ha alcanzado una edad que le hace testigo
del pasado. Un objeto debe tener al menos 100 años de haber sido
creado para ser considerado una antigüedad digna de formar parte de
la colección.
Un coleccionista puede serlo
cualquiera, también es cierto que no todo el mundo puede permitirse
adquirir determinadas piezas.
Pero el verdadero placer de coleccionar
objetos antiguos, independientemente de su valor, es el placer que
produce tener una pieza antigua de las que ya quedan muy pocas o ya
no quedan. Este placer se hace mayor a medida que la colección de
antigüedades va creciendo a fuerza de buscar y rebuscar en
almonedas, anticuarios y rastros de segunda mano.
Sin embargo una colección completa de
antigüedades
sobre una temática determinada constituida de piezas de bajo valor
puede alcanzar una cotización alta, precisamente por ser una
colección completa.
Cuando hablamos de inversión, la más
segura es en antigüedades;
sin lugar a dudas, una pieza de valor reconocido y autor cotizado. Ya
que estas cosas nunca pierden valor al contrario se revalorizan según
pasa el tiempo.
A la hora de buscar una diferencia
entre ambos no encontraríamos ninguna sino más bien similitudes, ya
que a fin de cuentas los dos compran antigüedades por pasión o por
inversión.
RESUMEN: Existen antigüedades y
colecciones de antigüedades muy cotizadas en el mercado. Bien, por
ser una gran colección o por ser un objeto cuyo valor y significado
sea muy amplio.
A la hora de decidir si es mejor una u
otra diríamos que las dos forman parte de la compra de antigüedades
con un valor personal infinito, que no siempre está al alcance de
todos.
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